Autores: | Lic. Médico Cirujano
Aldahir Castro Guzmán
Reyna Guadalupe Olguin Hernández
Como la resistencia antimicrobiana nos afecta en el día a día y que podemos hacer desde nuestras casas para empezar a combatir este problema...
Hace años nadie hubiera imaginado que hoy en día algunos de nuestros más potentes medicamentos se verían casi inútiles ante algunas cepas de bacterias y gérmenes que han evolucionado a tal grado que están en camino de ser imparables. Y todo, por nuestra culpa.
Bueno, quizá no en la totalidad pero si tenemos una gran parte de la responsabilidad. Por eso hay que empezar por ver algunos términos e irlos desglosando.
Para empezar hay que ver el término "antibiótico". Es un medicamento específicamente diseñado para atacar a la bacteria. Es por ello que es tan importante el entender cómo funcionan. No se pueden administrar a diestra y siniestra como la gente normalmente piensa, que solo por ser antibióticos, su trabajo es combatir más rápido la enfermedad o ser un medicamento más fuerte y eficaz, cuando no es así. No funcionan contra virus y rara vez tiene eficacia con cualquier otro microorganismo que no sea una bacteria. Por ende, a causa de su mal uso la organización mundial de la salud (OMS) estima que para 2050 habrá más muertes por resistencia antimicrobiana que por cáncer.
Aunque la resistencia antimicrobiana es un proceso natural que se va dando con el tiempo, es un proceso que desgraciadamente se ha ido acelerando con el paso de los años a causa de varios factores. Para entender esto debemos ir viendo varios ante temas paso a paso para entender cómo va evolucionando la resistencia, que podemos hacer y cuales otras medidas a parte de las personales implementadas podemos tomar como ciudadanos y como personal de la salud.
Empecemos por lo más fácil. Por lo local. Como individuos se tienen varias obligaciones ante este tema. Empecemos con ir al doctor cuando tengamos un problema de salud y no automedicarse. En segunda, cuando se nos dé el tratamiento y tengamos el medicamento, no debemos compartir el medicamento y debemos seguir el tratamiento al pie de la letra. El cortar con el tratamiento antes de tiempo por que “ya nos sentimos bien” o el prolongar el uso del medicamento también son causas de la RAM. Otra de las acciones que debemos hacer es buscar la manera de disponer correctamente del tratamiento y en caso de que este sobre. Actualmente uno de los problemas de la RAM, son los altos niveles de antibióticos encontrados tanto en aguas residuales así como en fuentes de agua potable, que no solo nosotros tomamos si no que también tiene usos agrícolas e industriales,siendo la agrícola la más afectada. Es así que a lo largo del tiempo genera un problema pues estamos en contacto con diversos tipos de antibióticos de forma pasiva y de igual manera la RAM va en aumento. Y muchas personas dirán ¿cómo llegan los medicamentos al agua? La respuesta es simple, muchas personas tienden a desecharlos en el baño o los tiran a la basura y de estas maneras llegan a las fuentes de agua ya mencionadas y así poco a poco ingerimos el agua directamente o indirectamente por los alimentos.
Después sigue el tema del uso indiscriminado y mal uso de los antibióticos en la medicina veterinaria. Actualmente se usan como promotores de crecimiento en la cría de animales, y esto al parecer al corto plazo no parece afectarnos, hasta que estos animales terminan en nuestras mesas, y esa resistencia se va pasando a nosotros ya sea mediante la carne que consumimos o como estos organismos son capaces de desplazarse entre especies y infectar al ser humano, no solo generando resistencia en la especie animal si no también en su nuevo huésped que después viene siendo el ser humano. Quizá tuvimos un buen ejemplo con la más reciente pandemia que estamos viviendo y algunas otras como el brote de influenza que se dio en el país hace algunos años a causa de cerdos enfermos, la famosa “influenza porcina”.
La OMS ha señalado el impacto de la RAM en la salud pública tanto a nivel local como internacional y por qué urgen medidas para tratarla. Para empezar la RAM pone en peligro la eficacia de los tratamientos de una lista cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos. El primer eslabón en esta larga cadena de la lucha contra la RAM es la educación a nivel local empezando desde casa y las comunidades o los centros de salud y/o hospitales, tanto a los pacientes como a todo el personal de la salud.
Si no se actúa pronto, muchos procedimientos, entre ellos la quimioterapia, las cirugías mayores entre otros se verán comprometidos en su eficacia y seguridad. La prolongación de las enfermedades, la necesidad de hacer más pruebas y la inminente elevación de los costos por hospitalización y medicamentos cada vez más caros y escasos hará que en un futuro no muy cercano la salud sea menos accesible, y que pacientes que lleguen a estar internados por cepas resistentes de microorganismos batallen más a comparación con los que no están enfermos o infectados por cepas no resistentes.
Actualmente se estima que hasta el 50% de todos los antibióticos que se prescriben no son necesarios o no son óptimos ante la enfermedad que atacan.
Pero aún más preocupante es el hecho de que actualmente, según la UNAM, el 75% de todos los antibióticos son usados en la medicina veterinaria, algo alarmante y de preocupación pues se refiere a que tenemos que luchar por varios frentes a la RAM, y no solo la humana y que además es mucho mayor y complejo al abarcar diferentes especies animales.
Todo esto se traduce que actualmente al año mueren aproximadamente 700,000 personas a nivel mundial por infecciones relacionadas a algún tipo de resistencia antimicrobiana que bien pudo ser adquirida en el hospital o fuera de él. Si sigue así la tendencia para el año 2050, 10,000,000 de personas morirán por la resistencia antimicrobiana al año , y no solo serán las pérdidas humanas de las que debemos preocuparnos, pues la economía sería seriamente afectada por las pérdidas económicas debido a una producción inútil o poca eficaz de medicamentos y tratamientos.
El siguiente eslabón son las instituciones de salud y las instituciones de educación superior donde se imparten materias o carreras relacionadas a la salud, ya que aquí la educación es sumamente importante para no seguir el círculo vicioso evitando malas prácticas y enseñanzas, y reforzar y difundir los objetivos tanto nacionales y internacionales para combatir la RAM. Es por eso que se busca tanto reducir el riesgo de desarrollo de resistencia como la disminución de la transmisión de las enfermedades, no solo en el ámbito de salud humana sino en varios más como la producción alimentaria, el medio ambiente y migración.
México ha sido pionero en este tema en latino America al prohibir la venta de antibióticos sin una receta médica empezando el año 2010. Esto con un plan de acción que contiene 5 objetivos que son:
Mejorar la sensibilización y los conocimientos en materia de resistencia a los antimicrobianos
Mejorar la vigilancia y la investigación, así se reduce drásticamente la automedicación y se tiene un mayor control de medicamentos y sus precios a nivel nacional.
Reducir la incidencia de infecciones.
Optimizar al máximo el uso de medicamentos antimicrobianos.
Asegurar que se realicen inversiones sostenibles en la lucha contra la RAM.
En ese sentido, México tiene como objetivo para el 2030 presentar un buen documento final con resultados para para la reunión de alto nivel a celebrar ese año en línea con la agenda de las Naciones Unidas en temas de salud, en donde de sus 169 metas propuestas para ese año, la lucha contra la RAM es la número 3: “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades” para así poder generar estilos de vida saludables que eviten la automedicación, la promoción del desarrollo de medicamentos y que la atención sanitaria sea accesible.
Todo lo anterior se plantea tanto en nuestro país así como en algunos otros tomando en cuenta varios puntos como por ejemplo; no vamos a dejar de usar los antibióticos ahorita ni en un futuro cercano, pero es necesario empezar a detener la resistencia antimicrobiana, pues son esenciales para conservar la salud tanto humana y animal.
Tanto así, que sin su uso o existencia se perderían millones de vidas al año por enfermedades tan simples como tuberculosis, tos ferina, o estreptococos.
La educación va a ser la principal arma en este creciente problema, tanto en casa así como en la comunidad científica y toda relacionada a las áreas de la salud.
Es preocupante que actualmente casi no se han desarrollado nuevos antibióticos debido a la complejidad para hacerlo así como los años que necesitan pasar algunos para que se aprueben y sean considerados seguros y eficaces.
Se necesita trabajar en conjunto con otras disciplinas para frenar esta problemática, y no solo en el área científica, si no también a nivel de gobierno con las dependencias de este, para así poder asegurar buenas campañas y publicidad sobre la concientización de la RAM así como una buena inyección de capital del gobierno para investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. Además de esto, algunas dependencias como el INEGI podrían ir proporcionando datos sobre poblaciones y que enfermedades podrían estar más presentes en ellas, así como un control de calidad en las encuestas y conteos que se realicen, además de la periodicidad con la que se van a presentar (5-10 años).
Además se mantendrá una relación con la secretaría de relaciones exteriores (SRE), secretaria de desarrollo social (SEDESOL), la secretaría de medio ambiente y recursos naturales (SEMARNAT), la secretaria de economía (SE), la secretaría de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación (SAGARPA), la secretaría de educación pública a todos sus niveles (SEP), el instituto mexicano del seguro social (IMSS) (ISSSTE), la comisión nacional del agua (CONAGUA) y el consejo nacional de ciencia y tecnología (CONACYT). Todo esto para poder recaudar información, generar recursos y tener un plan de acción y educación a todos los niveles en el territorio nacional.
No hay que esperar a estar muriendo de alguna infección o que simplemente las cosas ya estén demasiado serias para tomar un plan de acción. Nosotros como individuos tenemos una responsabilidad social al educarnos correctamente y seguir las indicaciones del personal de salud cuando se nos da, no abusar de los medicamentos y no automedicarse, por todos los riesgos que conllevan. Debimos seguir las indicaciones de las autoridades locales así como las sanitarias en caso de brotes o epidemias y sobre todo un mejor manejo de nuestros medicamentos a la hora de tirarlos, pues la contaminación también es un problema que nos afecta indirectamente y no solo del suelo si no de nuestros cuerpos de agua y aire.
REFERENCIAS
Amabile-Cuevas C. F. (2021). Antibiotic usage and resistance in Mexico: an update after a decade of change. Journal of infection in developing countries, 15(4), 442–449. https://doi.org/10.3855/jidc.13467
Antão, E.-M., Vincze, S., Hanke, R., Klimmek, L., Suchecka, K., Lübke-Becker, A., & Wieler, L. H. (2018). Antibiotic resistance, the 3As and the road ahead. Gut Pathogens, 10(1), 52.
da Silva, J. B., Jr, Espinal, M., & Ramón-Pardo, P. (2020). Resistencia a los antimicrobianos: tiempo para la acción. Revista panamericana de salud publica = Pan American journal of public health, 44, e122. https://doi.org/10.26633/RPSP.2020.122
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