Apócrifamente se le ha atribuido al personaje Sherlock Holmes la autoría de la frase: “No hay nada como una taza de café para estimular las células del cerebro”. Aunque dudásemos de la autoría del detective, lo cierto es que podemos confiar en que esta frase contiene la clave para comprender el concepto de microbiota y su relación con la enfermedad y la homeostasis en el ser humano.
La palabra microbiota se refiere a los seres vivos que conforman un microbioma o en otras palabras, define al conjunto de microorganismos presentes en un determinado ambiente. La microbiota humana está constituida mayoritariamente por bacterias -aunque también incluye otras formas de vida microbiana comociertos hongos, protistas, arqueas y algas – que prácticamente recubren toda superficie, cavidad y órgano, aún cuando en el pasado se creía que algunos compartimientos debían permanecer estériles para preservar la homeostasis.
Otro de los paradigmas recientemente refutados enunciaba que en el cuerpo humano existían más células bacterianas que células propiamente humanas; por ejemplo, se estimaba que tan sólo en el colon el número de células bacterianas superaba a la cantidad de enterocitos en una relación de 3:1 o superior , pero la nueva evidencia sugiere que esta relación se aproxima más bien a 1:1, y que la masa bacteriana contenida en dicho órgano es de 0.2kg y no de 2kg como se había calculado inicialmente. Para comprender la relevancia de estas observaciones, comencemos por imaginar que la microbiota intestinal de un individuo es extraída y drenada, entonces la materia sólida resultante podría ser depositada dentro de una clásica taza de café; Dentro de esa taza se encontrarían aproximadamente 1013 millones de células microbianas, cantidad que representa aproximadamente el número total de células que conforman la estructura del cuerpo humano.
Nos encontramos ante el descubrimiento de un nuevo órgano de la economía, apenas perceptible y que se encuentra dotado de una estructura celular compleja, numéricamente comparable a la de órganos más desarrollados y que al mismo tiempo cuenta con de cientos de funciones esenciales, de las cuales apenas y se conocen algunas que permiten interconectar los procesos metabólicos de diferentes aparatos y sistemas, como es el caso del eje cerebro-intestino-microbiota, donde los metabolitos secundarios de los microorganismos intestinales son utilizados por las distantes células del sistema nervioso central para nutrirse y viceversa, función que a su vez se encuentra sujeta al a disponibilidad de alimentos que se incluyen en la dieta, por lo que la microbiota de un individuo es única para cada ser humano. Los investigadores de la microbiota humana, es decir, los cazadores de microbios de nuestra época se han dado a la tarea de estudiar el papel fisiológico de la microbiota como órgano, lo que inherentemente formula las siguientes preguntas: ¿La microbiota se puede enfermar? ¿La enfermedad de la microbiota puede dañar a otros órganos o bien, desencadenar alguna enfermedad metabólica-sistémica?
Finalmente podemos concluir que el apócrifo detective tenía razón: No existe nada como una taza de café para estimular las células del cerebro, y posiblemente de cualquier parte del cuerpo, lo que apertura una ventana de posibilidades a las ciencias biomédicas para implementar novedosas estrategias de tratamientos y herramientas diagnósticas, pero más importante, ofrece una forma diferente de comprender y estudiar la Microbiología.
Bibliografía
Berg, G., Rybakova, D., Fischer, D. et al. Microbiome definition re-visited: old concepts and new challenges. Microbiome 8, 103 (2020). https://doi.org/10.1186/s40168-020-00875-0
Sender R, Fuchs S, Milo R (2016) Revised Estimates for the Number of Human and Bacteria Cells in the Body. PLoS Biol 14(8): e1002533. doi:10.1371/journal.pbio.1002533
Ursell, L. K., Metcalf, J. L., Parfrey, L. W., & Knight, R. (2012). Defining the human microbiome. Nutrition reviews, 70 Suppl 1(Suppl 1), S38–S44. https://doi.org/10.1111/j.1753-4887.2012.00493.x
Comments