Historia original
Concurso: Historias Macabras
Los días 31 de octubre se celebra en San Pedro el día de Santa Elena y suelen prender muchas velas en el centro para que la santa los proteja de los malos espíritus. Me pareció aburrido y tedioso, me quedaría sola entonces y mi abuela decidió dejarme en casa de su amiga.
A la mañana siguiente el día se tornó azul, pálido, frío. Mi abuela me dejo en la entrada y se despidió asegurándome regresaría por mí al próximo día. Toque a la puerta y nadie salió, pero la puerta estaba abierta así que entre y me instale en el salón de estar, me coloque en un sofá y continúe con mi lectura. Durante la tarde no pude ver a la anciana por ninguna parte, de repente escuchaba como subían y bajaban las escaleras, supuse que era ella y que se había quedado dormida cuando hubo silencio, el día seguía frío.
Cuando regresé al salón pude ver un espejo en la mesilla, era pequeño y al intentar tomarlo se cayo al suelo. ¡Estaba roto! Y miré mi reflejo, mi cabello negro largo y mi cara pálida más de lo normal, escondí los restos bajo la alfombra para evitar regaños. Vi el reloj y eran las 10, se escuchaba el aullido de los perros, sentí unos pasos y vi a la anciana entrando, parecía consternada y se sentó a lado mío. Me sorprendió porque no parecía ser el tipo de persona que hablaba, al menos no conmigo, no me conocía, no teníamos por qué socializar. Preguntó acerca de mi lectura y luego se quedó pensativa. Pasaron 10 minutos y habló.
— ¿Sabes? Este es un pueblo pequeño y las noches como esta me recuerdan los secretos que guarda, y las cosas que la gente ignora. Me sorprende mucho que a pesar de los hechos las personas sigan creyendo que un santo podrá protegerlos siempre—. Me quedé extrañada porque no sabía a que se refería, pensé que estaba demente y empezaba a hablar incoherencias, entonces continuó.
—Santa Elena—dijo—, el día de Santa Elena ¿tienes idea de por qué le toman tanta importancia? Hace muchos años ocurrió una desgracia aquí en San Pedro y hace 5 años se repitió, era una joven, de tu edad mas o menos, desapareció, nadie sabe que le paso, algunos dicen que se la llevo la mujer del espejo.
—¿La mujer del espejo? —dije extrañada.
—Veras, hace 5 años una familia se asentó en la vieja casona de la entrada, el padre era uno de esos ricos que quería asentarse lejos de la ciudad, así que compro la casona que había estado abandonada por muchos años y la renovó. Su esposa, él, y sus 2 hijas llegaron después. Pasaron meses y sucedieron cosas extrañas, dicen que la hija mayor encontró un espejo, en las noches tenía terribles pesadillas y se levantaba gritando de dolor y angustia. Desapareció y nunca la encontraron.
—¿A que espejo se refiere? — la anciana me miró ansiosa.
—Es una leyenda antigua, cosas que la gente suele contar para no aburrirse, es muy popular, pero —guardó silencio, se quedó pensando, me miró y siguió— ¿Por qué? ¿te gustaría escuchar la historia?
La mire por un segundo y luego voltee hacia mi libro, solo me faltaba una página y tendría que pasar toda la noche con la anciana así que asentí, empezó.
— Hace 70 años residía en la casona una familia rica de apellido Cortejo en la cual vivían los padres, la abuela y 5 hermanos de los cuales 3 eran hombres y 2 mujeres. Entre las mujeres destacaba la mayor, Ana, era muy bella, la soltera más codiciada del lugar, de cabello largo, facciones hermosas y ojos enternecedores. La hermana pequeña, Julia, tenía 5 años entonces. Ana se había enamorado de un trabajador de su padre, un hombre pobre pero apuesto. Al enterarse los padres despidieron al joven y encerraron a su hija, el cuerpo de este fue encontrado en el agua del lago. Ana inconsolable lloró por 7 días y 7 noches sin nada que pudiera hacer para librar su perdida.
Para ese entonces recién había llegado una sirvienta con apariencia de mulata, cargando consigo no más que un bulto, su trabajo era cuidar a las hermanas. La noche que Ana desapareció, Julia se encontraba escuchando a un lado de la puerta para escuchar la conversación que tenía con la sirvienta donde esta le aseguraba tener la forma de recuperar a su amado, así que ese día 31 de octubre tendría que esperar hasta la media noche para pararse frente al espejo y hablarle de cerca, pedirle por favor lo que mas deseaba en el mundo. Al dar las 12 la mulata salió de la habitación y la pequeña niña pudo ver como en el cuarto oscuro entraba la luz de la luna, el viento sopló y sopló, se podía escuchar ladrar a los sabuesos. El espejo se torno de gris y en el apareció una neblina con una mujer dentro, la mujer le decía a Ana que se acercase, que la tomase de la mano y fuera con ella a donde no hay sufrimiento, un par de manos salieron del espejo y se enredaron en el cuerpo de la joven dejándola inmóvil.
Fue entonces cuando en los ojos de la pobre se pudo percibir el miedo y el terror. Cualquier intento de librarse fue inútil pues la mujer del espejo la arrastro consigo de forma violenta. Al ver aquella escena la hermana menor quedo inmóvil, alertó a los padres, pero para entonces Ana había desaparecido y con ella el espejo, nunca más se volvió a saber nada acerca de ella; algunos dicen que todo aquel que se acerque a la casona está condenado a repetir la historia. Otros aseguran que la mujer a través del espejo te observa siempre esperando por fin la fecha en que un alma en pena la busque por necesidad para así arrastrarla y llevársela... para siempre.
Autora: Rivera Baeza Abril
Una historia excelente 😉