A lo largo del tiempo, hemos logrado grandes batallas contra las inclemencias de la naturaleza , sus misterios y a veces también, contra nosotros mismos. Sin embargo, es a través de la ciencia, que para bien o para mal, pudimos sumergimos dentro de la realidad y descifrarla en términos de números y fórmulas, convirtiéndose así en nuestro super poder y por tanto, ha dependido del ser humano si su papel será de héroe o villano para consigo mismo y el resto del mundo.
Hoy en día, seguimos siendo partícipes de múltiples situaciones que afectan a cada ser en la Tierra, como el cambio climático y la pandemia del SARS-COV-2, sin embargo, paralelo a la situación pandémica, se logró un echo histórico sin precedentes, donde héroes de batas blancas y anteojos han creado vacunas contra esta enfermedad en tiempo récord.
Y como todo héroe tiene sus orígenes, las vacunas y la ciencia detrás de ellas no son la excepción. Por allá del año 1796 el mundo se sacudió en el polémico hallazgo del médico ingles Edward Jenner, que logro inmunizar a un niño de 8 años al inyectarle el líquido de las postulas que se encontraban en las manos de una lechera, quien al ordeñar vacas que estaban infectadas con una variante de la viruela menos agresiva, también se volvía inmune a la viruela humana - Ah si, olvidaba comentarles, la ciencia como el comportamiento del universo, se jacta de las coincidencias y los hallazgos más grandes en los lugares menos pensados -.
Pero ahí no termina, la batalla apenas comenzaba. Si bien este descubrimiento fue de gran importancia, también lo fue la logística que hubo detrás de la primera gran campaña de vacunación mundial. El procedimiento entonces consistía en extraer líquido de las postulas en personas infectadas pero que estuvieran en la última fase de la enfermedad, e implantarlo a una segunda persona a través de una llaga en la que se introducía tan misterioso fluido y de esta forma, presentaba solo síntomas leves de la enfermedad, posteriormente esta llaga artificial desarrollaba también un líquido con una carga viral suficientemente dócil para volver a ser extraída e inmunizar a una nueva persona, sin embargo, el reto era mantener este suero intacto para su distribución ya que no existían métodos tan eficientes de conservación como en la actualidad, por lo que la fecha de caducidad era de aproximadamente 10 días y no bastaban para cruzar al otro lado del mundo donde este virus atacaba sin piedad.
Es entonces que surgió “La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna” o “Expedición Balmis”.
El médico real Francisco Javier Balmis, emocionado y confiado por el método recién descubierto, le propuso al Rey Carlos IV realizar la primera gran misión humanitaria en el mundo, la cual consistía en llevar el suero con la carga viral justa y necesaria para inmunizar a la población de todo el imperio. El Rey Carlos IV no dudo en apoyar con fondos, más aun al haber sufrido la perdida de su hija que padeció una viruela mortal.
Hoy en día podemos juzgar la decisión que tomó Balmis como poco ética, pero no podemos negar que funcionó y salvó incontables vidas. Es así como en esta ocasión el sacrificio no solo lo compartieron hombres de ciencia, sino también la parte más pura e inocente de nosotros, niños. Se seleccionaron 22 infantes de diferentes orfanatos en España, para realizar un viaje no solo peligroso al ser portadores de una enfermedad mortal, sino por qué era un viaje largo y complicado donde las inclemencias del mar solían tener un aura mortal.
El procedimiento fue el mismo que se mencionó anteriormente, durante el viaje, se escogían dos niños, por si alguno presentaba complicaciones, para inmunizarlos y aislarlos, tratar sus síntomas y posteriormente extraer el líquido de las postulas y repetir el proceso con otros dos. De esta manera se preservó el suero vacuno por mucho más tiempo.
En algún momento la expedición tuvo que dividirse en brigadas para atravesar mayor territorio en menos tiempo, estas brigadas a su su vez fueron implementando centros de vacunación donde se preservaba la vacuna inyectándola en niños de los lugares donde arribaban para distribuirse por todo el territorio. Lograron llegar al Caribe, Sudamérica , Nueva España, al norte en Texas y California e incluso Filipinas y China.
El viaje duró más de tres años, algunas expediciones naufragaron pero al final, Balmis logró volver a España donde fue condecorado por el Rey Carlos IV.
Sé que se están preguntando lo mismo que yo ¿Por qué niños? Se utilizaron niños en principio porque se debían asegurar de que no hubieran padecido la enfermedad y a falta de análisis clínicos para la época, ellos eran la población más confiable en dicha labor. Las vacas también se consideraron por ser portadoras de una variante menos dañina, pero eran difíciles de transportar y aislar.
Se sabe que la historia es escrita por los vencedores y recientes investigaciones arrojan a la luz situaciones que no se encuentran entre los elogios hacia Balmis y su expedición, pues la vacunación ya era un echo en América e incluso, cuando Balmis arribo en algunas islas del mar caribe, encolerizó al darse cuenta de que ya había campañas de vacunación y alegó que se estaban haciendo mal, ya que no seguían el procedimiento correcto.
El descubrimiento de Edward Jenner, ya había llegado a oídos de médicos y científicos en América, que en su momento y a través de los años, sus nombres no fueron pronunciados con el mismo énfasis que el de Balmis y su expedición pero también fueron imprescindibles para inmunizar a la población, además de la interacción entre colonias e incluso el contrabando.
Algunos de los médicos americanos que también participaron en esta contienda, fueron el cirujano Catalan Francisco Oller de Puerto Rico que fue hasta Santo Tomás para obtener la vacuna, posteriormente Tomás Romay la introdujo a la Habana y en lo que hoy sería México, Alejandro Garcia de Arboleya, médico de la armada, ya había puesto en práctica el descubrimiento de Jenner antes de la llegada de La Expedición Real de Balmis. Incluso podemos mencionar a Mary Wortley Montagu, esposa del embajador británico que descubrió el método de la inoculación y trató de llevarlo a Inglaterra 30 años antes del nacimiento de Jenner pero que por su género y no ser una “Persona de ciencia” recibió burlas y hasta se juzgó su método como antinatural, aunque esa otra historia.
Si bien no podemos negar que la logística detrás de la preservación de la vacuna fue bastante ingeniosa para la época y el sacrificio de los niños y médicos que se enmarcaron en la expedición no fue en vano ya que tal vez no trajeron directamente la salvación a América, su verdadera labor fue la regulación de la vacuna por medio de centros de vacunación con protocolos establecidos para distribuirse por todo el territorio.
Hoy en día la viruela, es una cicatriz en la historia de la humanidad, que bien valió la sangre que se regó y los esfuerzos por detener su hemorragia, ya que en 1980 la OMS declaro esta enfermedad como erradicada y a pesar de tener tantos monstruos microscópicos o problemas del tamaño de agujeros en la capa de ozono, no olvidemos que acercarnos a la verdad más allá del prestigio, es lo que nos ha mantenido aquí con el suficiente entendimiento del universo como para de vez en cuando, devolverle una sonrisa. Como dijo Isaac Newton “Si he visto más, es poniéndome en hombros de gigantes” Y que más gigantes que los hombres de ciencia de antaño, y que más gigantes que los futuros científicos que hoy estudian en silencio, creciendo frente a libros y escalando por las vértebras de colosos eruditos.
Bibliografía
• Paula Caffarena. 2016. Primera edición. Editorial Universitaria de Chile
• Francisco Martinez Hoyos. 01/04/2020. La Operación Balmis y la verdad sobre la expedición contra la viruela. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200401/48219306052/operacion-balmis-expedicion-balmis-vacuna-viruela-hispanoamerica.html
• Àlex Sala.20 de abril de 2020. expedición balmis: los niños que llevaron la vacuna de la viruela a américa. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/expedicion-balmis-ninos-que-llevaron-vacuna-viruela-a-america_15225
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