Por: Erika Melesio Rangel
Las películas llegan a ser la expresión de sentimientos, acciones, problemas, personajes y hasta están representando otras obras, es maravilloso, casi irreal. Ahora, imaginen un mundo donde la raza humana está casi extinta debido a un virus y su única forma de resguardar esa supervivencia es estando completamente encerrados, ¿les suena familiar?
12 Monos es una película de 1995 del género de la ciencia ficción, dirigida por Terry Gilliam (Brazil, Pescador de Ilusiones) y protagonizada por Bruce Willis, Brad Pitt y Madeleine Stowe e inspirada en La Jetée, cortometraje de 1962.
12 Monos (1995)
Se narra la historia de James Cole (Bruce Willis) un convicto de la sociedad en el postapocalíptico futuro, quien será voluntario para viajar en el tiempo, con la finalidad de obtener información sobre el ejercito de los 12 Monos, responsables de soltar el virus que hará estragos a la humanidad en los 90’s.
Si bien el viajar en el tiempo y su teoría aún se considera un poco ficticia, dentro de la trama se encuentran temas e ideas muy interesantes, como ideales políticos, sociales, económicos y quizá un poco de la cuestión teológica. La psicología también juega un papel importante; argumentando lo anterior y “que los viajes en el tiempo no existen” el personaje de Cole, en la película, se ve envuelto en una posición difícil, pues nadie le cree.
Son momentos interesantes y bastante buenos los que interpretan Bruce y Brad en la institución mental. Podría decirse que Cole (Bruce), al llegar a los 90’s, es considerado un demente, presentando síntomas similares a la esquizofrenia: delirios, alucinaciones, habla desorganizada, comportamiento desorganizado o alterado; y es una muy buena interpretación por parte de Bruce, pues logra estos matices de locura, que el actor tuvo que estudiar un poco más a fondo.
James Cole (Bruce Willis), en un momento crucial de 12 Monos.
Brad, en su interpretación de Jeffrey Goines, tuvo clases de lenguaje y expresión corporal para hacer sus movimientos, al igual que el habla, rápidos y erráticos; uno pensaría que le fue sensacional, pero no fue así, para Pitt la solución fue dejar el tabaco, acción que lo puso ansioso durante las grabaciones logrando el efecto deseado. Además de las acciones, el discurso de Goines es el que cuestiona todo el sistema de la sociedad, tanto así que expresa su pensamiento acerca de la institución mental, siendo esta su resguardo del exterior y la misma demencia.
Incluso la misma institución mental fue grabada en la penitenciaría de Filadelfia, que, a pesar de las tomas aberrantes, por si sola daba pinta de un lugar tétrico y sin salida.
Es fascinante, el hecho de también envolver toda la trama con el complejo de Casandra, pues al viajero no le creían palabra alguna de lo que ya había pasado, también el término de locura siendo puesta ante un hombre cuerdo.
Jeffrey Goines (Brad Pitt) en su introducción a la historia.
Una película que tiene casi de todo y que en cada escena te lleva a preguntar más y más, sin embargo, cuando crees que el misterio se resuelve, en realidad estás muy lejos de hacerlo. No puedes perderte ni un segundo y es compleja la forma en la que todos estos temas se desarrollan, así que pongan atención. ¿Vislumbran un futuro como ese?
Ole ole 👏🏼
Pues en verdad suena a actual y a un probable y loco futuro. Efectivamente, si no le pones atención a la trama o si pierdes el hilo,no entenderas. Excelente trabajo.