“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” Lucas 22:44
La biblia, en el nuevo testamento, narra que cuando Jesús se encontraba orando en el huerto de Getsemaní su sudor era semejante a gotas de sangre razón por la cual este contexto agrega una perspectiva religiosa a esta condición, sin embargo, en la actualidad esta enfermedad se conoce como hematidrosis y significa “Sangre en el sudor”.
El paciente presenta una sudoración espontánea y sanguinolenta de piel y mucosas sin existir un traumatismo o problema hematológico, así es, surge de la nada. ¿Te imaginas qué esto te sucediera? Sería precisamente una situación siniestra como de película de terror por ello para el paciente y las personas que conviven con él, causa temor o angustia por el carácter sombrío y macabro que lo caracteriza.
Si nos preguntáramos cuántas veces hemos visto sudor sanguinolento en la frente de una persona seguramente diríamos que nunca hemos visto a alguien en esa situación y precisamente es porque se trata de un enfermedad extremadamente rara, no se conoce la incidencia ni la prevalencia, la mayoría de los casos se han presentado en el continente asiático en especial en la india y con mayor frecuencia en mujeres de entre 9 a 13 años de edad. Los principales factores desencadenantes son situaciones de estrés extremo como bullying en la escuela, presenciar una muerte violenta, el secuestro de algún familiar, pacientes con trastornos de ansiedad e incluso se ha descrito que los exámenes escolares o los conflictos familiares parecen suficientes para desencadenar hematidrosis, sin embargo, en la mitad de los casos no se ha identificado un factor desencadenante.
La fisiología aún es desconocida pero se ha propuesto que el estrés condiciona una vasoconstricción y después una ruptura de los pequeños vasos que rodean a la glándula sudorípara causando una extravasación de sangre con sudor.
El diagnóstico suele retrasarse porque al ser una condición rara no se toma como primera opción diagnóstica por ello en estos pacientes se debe realizar una historia clínica completa, un examen minucioso y orientar una exploración hematológica exhaustiva para descartar enfermedades hematológicas, también se deben descartar lesiones que podrían estar causando este sangrado y otras condiciones que puedan causar fragilidad de los vasos sanguíneos. El único hallazgo que tendremos será la presencia de células sanguíneas en el sudor.
Se puede presentar en cualquier parte del cuerpo pero principalmente en la frente, ojos y orejas y en una menor proporción se ha presentado en palmas de las manos y ombligo; en estos sitios la sudoración será un líquido rosa claro y menos viscoso que la sangre. Se ha reportado que algunos pacientes presentan síntomas antes del episodio de hematidrosis como dolor de cabeza, náuseas o vómitos.
Afortunadamente si existe un tratamiento y la mayoría de los casos responde a la administración de betabloqueadores, algunos a ansiolíticos y en ocasiones a los antidepresivos pero también hay una proporción de pacientes en los que las recaídas se suscitan al suspender el tratamiento y algunos remiten espontáneamente sin necesidad de administrar tratamiento.
Se trata de un una enfermedad muy rara por ello es importante que se tenga conocimiento acerca de ella para evitar pruebas y tratamientos incorrectos ya que en la mayoría de casos al administrar el tratamiento adecuado el cuadro de hematidrosis cesará y esta película de terror desaparecerá.
Kluger N. (2018). Hematidrosis (bloody sweat): a review of the recent literature (1996-2016). Acta dermatovenerologica Alpina, Pannonica, et Adriatica, 27(2), 85–90.
Alsermani M, Alzahrani H, El Fakih R. Hematidrosis: A Fascinating Phenomenon-Case Study and Overview of the Literature. Semin Thromb Hemost. 2018 Apr;44(3):293-295. doi: 10.1055/s-0037-1608905. Epub 2017 Dec 8. PMID: 29220853.
Comments